26 de octubre de 2011

Samuin, Magosta d'Dejuntos

Os informamos de la actividad que se va a realizar en el patio de nuestro colegio el día 31 de octubre, a la que os invitamos a participar.


ACTIVIDAD: SAMUIN, MAGOSTA D’ DEJUNTOS
DÍA: 31 DE OCTUBRE DE 2011, LUNES. DE 18.30 A 21.00 HORAS
LUGAR: PATIO EXTERIOR DE LOS COLEGIOS MAGALLANES, ANTONIO MENDOZA Y CISNEROS EN SANTANDER

INTRODUCCIÓN

El Samhain (o Samhuin) es una festividad de origen celta que celebra desde hace al menos 3.000 años, en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, con motivo de la finalización de la temporada de cosechas en la cultura del arco atlántico. Se trataba de una especie de acción de gracias por los frutos recogidos de la tierra y el bosque. A partir de ahí, comienza la estación oscura, por lo que es una fiesta de transición en la que también tiene que ver la vida y la muerte, el tránsito de una a otra y, en consecuencia, la comunicación entre ambos estados. Su etimología es gaélica: samhain, 'fin del verano'.

La festividad céltica del Samhain se describe, por tanto, como una comunión entre la muerte y la vida en todos los ámbitos: en las cosechas y en la propia existencia humana. Según la tradición, posteriormente cristianizada, en esa fecha, se celebraban fiestas relacionadas con la recolección de las cosechas del lugar y, entre otras cosas, se vaciaban nabos –posteriormente calabazas- para simular la “calavera” de los espíritus de los difuntos y comunicarse con ellos.

La noche de difuntos, el 31 de octubre, los espíritus de los fallecidos tenían autorización para caminar entre los vivos; para guiarles al otro mundo, se colocaban velas dentro de las “calaveras” y cuando estas se apagaban, se entendía el espíritu había culminado su tránsito al “otro lado”. La costumbre de vaciar nabos o calabazas representando una “calavera”, está extendida en todo el arco atlántico. En Cantabria hay numerosas referencias, en especial en la franja central. Es más, las “calaveras” no sólo se colocaban en los “poyetes” a esperan que la vela se consumiera; en algunos lugares de Cantabria, se las clavaba un palo en la base inferior para posteriormente elevarla, a modo de símbolo, para hacer pasacalles –la güeste- cubiertos de sábanas y dar un ambiente fantasmagórico. Era la manera de celebrar “la noche de difuntos”.

Al mismo tiempo, ese día se iniciaba el año céltico; se procedía a “recoger” el ganado hasta la primavera, que en Cantabria recibe el nombre de “pasá”; se celebraba la recolección de los frutos de temporada –nueces, castañas, manzanas, uva…- y se hacía acopio para el inminente invierno. Entre las tradiciones de mayor arraigo y que aún perduran, tenemos la magosta y el mayado, y ese día, la “magosta de difuntos” o “magosta d’dejuntos”, una fiesta consistente en realizar una hoguera y asar castañas acompañado de aguardiente y al son de música tradicional. Se hacía junto con las calabazas –calaveras-, de la variedad conocida como verrugonas, para posteriormente hacer la procesión conocida como la “Güeste”, algo así como un cortejo de “almas en pena” con huesos encendidos a modo de cirios para alumbrarse, cubiertos con sábanas blancas y, sobre ellos, la calabaza.

El cristianismo adoptó esta tradición y propició su versión sincrética en la fiesta de Todos los Santos, esto es, la comunidad perfecta entre los vivos y los muertos. En los países de tradición anglosajona, la celebración de Samuin recibe el nombre de Halloween y, globalización mediante, se extiende actualmente aún en países de tradición católica, adquiriendo claros matices de festividad popular asociada a unívocos íconos de consumo masivo como calabazas y disfraces varios.

DESCRIPCIÓN DE LA ACTIVIDAD:

-Fiesta abierta a padres y niños con el objetivo de acercar las tradiciones de Cantabria. Los niños podrán ir disfrazados –brujas, brujos…-Solo deberán traer una calabaza y una vela pequeña y plana –estilo a las usadas en los atriles petitorios-.

-Taller de calabazas. Se trata de enseñar a los niños a hacer “calaveras”. Cada niño acudirá con su calabaza. Sobre una mesa varios monitores se pondrán a realizar los dibujos y pasarán a cortarlas y vaciarlas junto a los participantes. Posteriormente se coloca en el interior una vela encendida y se van acaldando en el graderío del patio.

- Una vez colocadas todas las “calaveras” y asegurados que estén encendidas, se procederá con el apagado de los focos del patio: no quedará ninguna luz encendida, salvo las de las calaveras, dando una imagen “fantasmagórica y tenebrosa” al recinto. En ese momento, un cuentacuentos contará historias relacionados con la fiesta: misterios, el más allá, brujas, guajonas…. , todas dentro del tono tradicional.

- Desde el mismo momento del comienzo de la fiesta, se ofrecerá una merienda popular: chocolate con sobaos y magosta popular. Se venderán, tanto la ración castañas como la merienda, a un euro la ración.

- La música popular acompañará la actividad con gaiteros.

- Al mismo tiempo, se procederá con un taller de mayar manzanas. Los niños aplastarán manzanas para extraer el mosto o sidra dulce que podrán beber.

- A las 20.00 horas, una vez colocadas todas las calabazas, todas las actividades se suspenderán y se apagarán las luces. En el graderío, dejando tras sí las calabazas, un cuentacuentos narrará historias de la tradición oral relacionadas con la fiesta.

- Al concluir el cuentacuentos, en torno a las 20.30, procederemos a entregar cada calabaza a su dueño. Entonces procederemos con “la güeste” o procesión. Todos los participantes cogerán sus calabazas y, en hilera, daremos un par de vueltas al patio al son de gaita y tambor, dando por concluida la fiesta.

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