La tarde se presentaba emocionante, ochenta niños del Magallanes se agolpaban en la puerta del estadio en una tarde espléndida. Ya una hora antes de que empezara el partido se podían oir los primeros gritos de ánimo.
Una vez dentro y colocados por cursos, se pasaba el tiempo rápidamente, a pesar del sol que pegaba de frente (pronto se fue). Algunos no quisieron esperar más y se lanzaron ya a por los bocatas.
La megafonía anunciaba que se acercaba el comienzo del partido y se escucharon las alineaciones, que todos corearon efusivamente, como debe ser.
El partido comenzaba y aunque fue algo soso (siendo generosos) se siguió el partido con atención.
Las botellas y los vasos de agua circulaban continuamente y, claro, las visitas al baño eran constantes (la de viajes que dimos).
Llega el descanso y junto con los bocatas llega uno de los momentos de la tarde: la vaca Tula se acerca para saludar al Magallanes, que la corean como se merece la ilustre mascota. Los más pequeños se suben en los asientos para poder verla bien.
Llega la segunda parte y con ella el gol del Espanyol. Lejos de venirse abajo, esto les dio una fuerza terrible a todos que comenzaron a animar efusivamente hasta el final del partido. "Nos han metido un gol: lo tenían planeado desde el principio", "Vamos Racing, no me decepciones" y otras perlas por el estilo se soltaron entre cántico y cántico, esperando el gol que nunca llegó.
Al final no pudo ser y tuvimos que aguantarnos con el 0-1. Fue una tarde fantástica y todos los niños se portaron muy bien, tanto los pequeños como los mayores. Gracias a todos los que nos ayudasteis a hacerlo posible.
Lástima la derrota, pero seguro que lo pasaron muy bien.
ResponderEliminar